Vivo en esta ciudad
desde que tengo 3 años, siendo una experiencia única y maravillosa desde el
momento en el que pise sus calles y camine sobre sus montañas. Detallar los innumerables
puntos que hacen de esta metropolitana lo que es, me agradara el decirlo,
viendo los pros y contras de esta ciudad maravilla.
Elegida como una de las
ocho ciudades maravilla del mundo, no es de negar que tiene tanto aspectos
positivos como negativos. Desde el punto de vista personal, esta ciudad cuenta
con barrios únicos, ninguno se iguala a otro. Cuenta con un tipo de control
para el transporte público y su circulación, que son las “cebras”, ayudantes
especiales y amigables para toda la comunidad paceña.
El cuidado de las áreas
verde de las distintas zonas de la ciudad, siempre en su mayoría son cuidadas
por los trabajadores del Municipio de La Paz. Que podemos decir de la incorporación
de los buses Puma Katari, medios de transporte que ayudan bastante a conectar
las zonas alejadas con el centro de la ciudad. También otro medio de
transporte, el cual yo uso frecuentemente, es de la compañía Mi Teleférico. En
lo personal, día a día me permite ver las maravillosas vistas que nos brinda la
ciudad, dejándonos apreciar las espectaculares montañas y senderos que nos
llevan a lo más alto de estas.
Lo que hace a esta
ciudad ser lo que es, no son solo los barrios, las vistas y los demás elementos
objetivos. La gente es un punto importante al momento de mostrar las características
de La Paz. Los vendedores, las señoras del mercado, los empresarios,
colegiales, entre otros, muestran la imagen de la ciudad de un punto más
cercano.
Efectivamente, no todo
llega a ser manejado del todo bueno, como toda ciudad, tiene sus falencias. Como
mencione anteriormente, la población hace que la ciudad tenga su esencia y su
propia imagen, pero si la población no aporta en el crecimiento de esta, seguirán
sucediendo problemas y situaciones complicadas.
La seguridad,
transmite, a veces, una ansiedad a los vecinos en los distintos barrios y zonas
en general. Este punto es uno de los más preocupantes en mi opinión, ya que nos
solo las personas que circulan en las calles pueden sufrir asaltos, sino también
las personas que ejercen oficio en la calle. Este es un tema el cual debería de
tomarse con bastante seriedad para los oficiales y encargados de la seguridad. Tanto
bien podría mejorar este aspecto, ya sea implementado luz en los barrios con
poca iluminación, hasta personal de seguridad, policías, que vigilen en las
calles.
El cuidado de los
patrimonios culturales es una causa importante para mantener la preciosa vista
de la ciudad, y la historia de la misma. Es muy recurrente el ver que varios
edificios y casa patrimoniales se encuentran cubiertas de completo vandalismo. Esto
a mi parecer es muy triste el ver que manchas afectan la apariencia de
distintos monumentos. No todo llega a ser dañado con este tipo de grafitis, ya
que existen artistas que embellecen a los innumerables muros que nos rodean.
Esto parte de la misma educación
que llegan a influir las personas, como ya dije, la ciudad está caracterizada
por sus mismos habitantes, hacen que La Paz sea La Paz.
Como en cada sector del
país y del mundo tienen maneras de mostrar su cultura y arte, en esta
metropolitana, llaman a la población a adentrarse a un viaje de puro bagaje
cultural. Ya sea con sus ferias dominicales o en sus distintos teatros, que
cada fin de semana nos deleita con unas funciones únicas. Esto sumado con los
museos que nos detallan la historia de la ciudad y su evolución como tal.
En resumen esta ciudad,
si tiene cosas buenas y cosas malas, pero posee lo que todo viajero extranjero
busca y espera por conocer. Cada día es una sorpresa, ya sea una festividad en El
Prado, o una tocada en los distintos cafés o bares de la zona de Sopocachi. Cada
sector de La Paz es un misterio bastante atrayente.
Durante estos dieciséis
años, sigue sorprendiéndome todo lo que ocurre aquí. Simplemente te enamoras de
tan preciosa vista, de tan atrayente comida y de tan majestuosa montaña que la caracteriza
que es el majestuoso Illimani.
¡Oh linda La Paz!
